Cuando la ecología no figuraba en el vocabulario de los políticos y funcionarios de su tiempo, Belgrano se preocupaba por mejorar el rendimiento sin dañar el suelo. Apasionado por el estudio de la botánica y la agricultura aconsejaba, por ejemplo, que no se dejara la tierra en barbecho, pues “el verdadero descanso de ella es la mutación de producción”. En su “reglamento para los pueblos de las misiones” del 30 de diciembre de 1810, establecía: “Hallándome convencido de que en hechos que cometen los beneficiarios de la yerba, no sólo talando los árboles que la traen sino también con los naturales, de cuyo trabajo se aprovechan sin pagárselo y además los hacen producir con castigos escandalosos, constituyéndose en jueces en causa propia. Prohíbase que se pueda cortar árbol alguno so pena de 10 pesos por cada uno que se cortare, a beneficio: la mitad del denunciador, y la otra mitad para el fondo de las escuelas”.También se ocupó de evitar la matanza indiscriminada del ganado vacuno y yegüerizo, prohibiendo la matanza de las hembras preñadas. De las principales propuestas de Belgrano sobre crecimiento económico, utilización y preservación de los recursos naturales, muy pocas fueron llevadas a la práctica.
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miércoles, 7 de septiembre de 2011
Belgrano y la ecología
Viernes 14 de agosto de 2009
Cuando la ecología no figuraba en el vocabulario de los políticos y funcionarios de su tiempo, Belgrano se preocupaba por mejorar el rendimiento sin dañar el suelo. Apasionado por el estudio de la botánica y la agricultura aconsejaba, por ejemplo, que no se dejara la tierra en barbecho, pues “el verdadero descanso de ella es la mutación de producción”. En su “reglamento para los pueblos de las misiones” del 30 de diciembre de 1810, establecía: “Hallándome convencido de que en hechos que cometen los beneficiarios de la yerba, no sólo talando los árboles que la traen sino también con los naturales, de cuyo trabajo se aprovechan sin pagárselo y además los hacen producir con castigos escandalosos, constituyéndose en jueces en causa propia. Prohíbase que se pueda cortar árbol alguno so pena de 10 pesos por cada uno que se cortare, a beneficio: la mitad del denunciador, y la otra mitad para el fondo de las escuelas”.También se ocupó de evitar la matanza indiscriminada del ganado vacuno y yegüerizo, prohibiendo la matanza de las hembras preñadas. De las principales propuestas de Belgrano sobre crecimiento económico, utilización y preservación de los recursos naturales, muy pocas fueron llevadas a la práctica.
Cuando la ecología no figuraba en el vocabulario de los políticos y funcionarios de su tiempo, Belgrano se preocupaba por mejorar el rendimiento sin dañar el suelo. Apasionado por el estudio de la botánica y la agricultura aconsejaba, por ejemplo, que no se dejara la tierra en barbecho, pues “el verdadero descanso de ella es la mutación de producción”. En su “reglamento para los pueblos de las misiones” del 30 de diciembre de 1810, establecía: “Hallándome convencido de que en hechos que cometen los beneficiarios de la yerba, no sólo talando los árboles que la traen sino también con los naturales, de cuyo trabajo se aprovechan sin pagárselo y además los hacen producir con castigos escandalosos, constituyéndose en jueces en causa propia. Prohíbase que se pueda cortar árbol alguno so pena de 10 pesos por cada uno que se cortare, a beneficio: la mitad del denunciador, y la otra mitad para el fondo de las escuelas”.También se ocupó de evitar la matanza indiscriminada del ganado vacuno y yegüerizo, prohibiendo la matanza de las hembras preñadas. De las principales propuestas de Belgrano sobre crecimiento económico, utilización y preservación de los recursos naturales, muy pocas fueron llevadas a la práctica.
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